La
mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que
siente mucho, habla poco. |
Platón |
La
burla y el ridículo son, entre todas las injurias, las que menos
se perdonan. |
Platón |
El
enamorado de un alma bella permanecerá fiel durante toda su
vida, porque ama una cosa permanente. |
Platón |
El
corazón de un hombre de Estado debe estar en su cabeza. |
Platón |
Los
negociantes, habituados a mentir y a engañar, serán tolerados en
la ciudad como un mal necesario. |
Platón |
La
razón es la facultad soberana del alma, la fuente de todo
conocimiento, el principio determinativo de toda acción humana. |
Platón |
Buscando el bien de nuestros semejantes, encontraremos el
nuestro. |
Platón |
La
pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por
la multiplicación de los deseos. |
Platón |
Al
contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta |
Platón |
Si
Dios es bueno, no puede ser autor de todas las cosas que le
ocurren al hombre. |
Platón |
Yo
declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del
más fuerte. |
Platón |
Los
espíritus vulgares carecen de destino. |
Platón |
No
dejes crecer la hierba en el camino de la amistad. |
Platón |
No he
conocido casi nunca a un matemático que estuviera en condiciones
de sacar conclusiones razonables. |
Platón |
La
música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo. |
Platón |
Si no
deseas mucho, hasta las cosas más pequeñas te parecerán grandes. |
Platón |
El
cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo
conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los
caballos. |
Platón |
El
tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento. |
Platón |
Donde
reina el amor, sobran las leyes. |
Platón |
La
ciencia sólo es percepción. |
Platón |
Lo
poco que sé, se lo debo a mi ignorancia. |
Platón |
El
tiempo es una imagen móvil de la eternidad. |
Platón |
Canas
argumento son de edad y no de prudencia. |
Platón |
Hay
que admitir que la enfermedad propia del alma es la demencia.
Pero hay dos especies de demencia: una es la locura; la otra, la
ignorancia. Consiguientemente, toda afección que conlleve una u
otra de estas turbaciones o alteraciones debe ser llamada e |
Platón |
Los
amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro
tiempo. |
Platón |
Así
como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo
están para percibir los movimientos de la armonía. |
Platón |
La
mayoría de los hombres en el poder se vuelven malos. |
Platón |
La
justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte. |
Platón |
El
virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la
vida. |
Platón |
Sólo
te ama aquel que ama tu alma. |
Platón |