No es
tan culpable el que desconoce un deber como el que lo acepta y
lo pisa. |
Concepción Arenal |
Por
desgracia son más fáciles de contar los que recuerdan
los beneficios que los que los olvidan. |
Concepción Arenal |
El
pobre se arruina en el momento en que deja de ser sobrio. |
Concepción Arenal |
Entre
los que son igualmente malos no hay paz si no es la impuesta por
el miedo de alguno, que es peor. |
Concepción Arenal |
Si la
honradez no fuera un deber, debería ser un cálculo. |
Concepción Arenal |
Cuando
la culpa es de todos, la culpa no es de nadie. |
Concepción Arenal |
Sustituir el amor propio con el amor de los demás, es cambiar un
insufrible tirano por un buen amigo. |
Concepción Arenal |
La
democracia, como la aristocracia, como todas las instituciones
sociales, llama calumnias a las verdades que le dicen sus
enemigos y justicia a las lisonjas de sus parciales. |
Concepción Arenal |
Proteger el trabajo es proteger la virtud, consolar dolores,
arrancar víctimas al crimen y a la muerte. |
Concepción Arenal |
El
hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído. |
Concepción Arenal |
La
felicidad es ciega, sobrado arrogante para ver precipicios bajo
las flores que cubren su camino. |
Concepción Arenal |
Cuando
no comprendemos una cosa, es preciso declararla absurda o
superior a nuestra inteligencia, y generalmente se adopta la
primera determinación. |
Concepción Arenal |
Mal
halaga a su patria quien halaga sus faltas, en vez de
señalarlas. |
Concepción Arenal |
Las
malas leyes hallarán siempre, y contribuirán a formar, hombres
peores que ellas encargados de ejecutarlas. |
Concepción Arenal |
No hay
animal tan manso que atado no se irrite. |
Concepción Arenal |
Todo
lo que endurece, desmoraliza. |
Concepción Arenal |
Hay
como una amarga complacencia en sufrir una injusticia que parece
legitimar el odio. |
Concepción Arenal |
El
tedio es una enfermedad del entendimiento que no acomete sino a
los ociosos. |
Concepción Arenal |
En
muchos casos hacemos por vanidad o por miedo lo que haríamos por
deber. |
Concepción Arenal |
El
culpable no sólo es un hombre malo, sino un mal calculador. |
Concepción Arenal |
El
dolor, cuando no se convierte en verdugo, es un gran maestro. |
Concepción Arenal |
Con la
ignorancia armonizan bien los errores. |
Concepción Arenal |
El
ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos
queda. |
Concepción Arenal |
Lo más
fácil de todo es hacer el mal; tan fácil que se hace solo. |
Concepción Arenal |
El
hombre aislado se siente débil, y lo es. |
Concepción Arenal |